La ceremonia de los Game Awards 2018 dejó entre los aficionados un gran número de sensaciones positivas en la comunidad de jugadores, sin embargo, es importante resaltar a los títulos que no pudieron alcanzar el galardón.
PlayerUnknown’s Battlegrounds sufrió un duro golpe al no recibir ninguna nominación en su versión principal, a diferencia de su rival más inmediato Fortnite, que incluso pudo llevarse los premios a Mejor Juego Recurrente del Año y a Juego Multijugador del Año, superando a juegos como Destiny 2 y Overwatch.
PUBG solo pudo encontrar una oportunidad en su versión móvil, al competir por el reconocimiento al mejor juego de esa categoría. Pero no pudo alcanzar el premio al resultar ganador el impresionante Florence.
Es de destacar que PUBG Mobile fue uno de los juegos que mayor inversión hizo durante su desarrollo y que vio sus expectativas derrumbadas por Fortnite durante todo el año, además de los múltiples inconvenientes que ha sufrido su distribuidora principal Tencent en 2018.
Otro de los juegos que sufrió resultados inferiores a los esperados fue el portentoso Assassin’s Creed: Odyssey, que contó con cuatro nominaciones de alto impacto y se fue a casa sin ningún trofeo.
Assassin’s Creed sufrió la terrible suerte de enfrentarse a los poderosos God of War, Red Dead Redemption 2, Marvel’s Spider-Man o Monster Hunter: World en la categoría de Mejor Juego del Año y Mejor Juego de Acción-Aventura, saliendo abatido por el imponente God of War.
Para muchos aficionados ha resultado ser un gran caso de justicia poética, al ver que uno de los títulos con mayor presencia de micropagos se lleve el chasco de no resultar reconocido como el mejor juego frente a títulos que sin requerir de ellos han logrado merecer el galardón.
En menor medida se podría aplicar a los titánicos juegos deportivos NBA 2K19 y FIFA 2019, que también están compuestos de esas controversiales economías internas y que fueron vencidos en los Game Awards por el extraordinario título de carreras Forza Horizon 4.