En una reciente entrevista para el portal japonés Famitsu, Hironobu Sakaguchi, mundialmente reconocido por ser el creador de la saga Final Fantasy, manifestó, de manera muy críptica, que tenía entre manos un nuevo proyecto.
En una conversación con varios desarrolladores de renombre en el país del sol naciente, Sakaguchi respondería al cuestionamiento de que tenía planeado para 2019 utilizando un extracto de un viejo proverbio japonés, “Shinki Itten”, que se traduce como “un nuevo comienzo”.
Aunque es de notar que el kanji que utilizó es diferente al que corresponde al proverbio, empleando en su lugar uno que puede leerse como “una nueva cosa”. El emplear este críptico mensaje lo terminó llevando a admitir que se encontraba trabajando en un nuevo proyecto.
Comenzó su carrera dentro de la compañía Square (otrora conocida como SquareSoft) como empleado de medio tiempo en los orígenes de la compañía, para pasar a trabajar a tiempo completo con el rol de director de planeación y desarrollo por su extraordinario talento.
Tras una serie de juegos que no alcanzaron el éxito comercial, Sakaguchi se embarcó en la creación de un nuevo proyecto que denominó Final Fantasy, un nombre ideado como su última oportunidad en el desarrollo de juegos, al considerar renunciar a su puesto y a la industria en general si el juego no vendía.
El resto es historia, Final Fantasy se convertiría en una de las franquicias más exitosas de la historia de cualquier medio, siendo todavía punto de referencia para los JRPG que les han sucedido. Sakaguchi dirigió los primeros cinco juegos de la saga para pasar posteriormente al rol de productor de la misma y ascender al cargo de vicepresidente ejecutivo de Square.
En 2004, Sakaguchi renunciaría a su cargo en Square y fundaría una nueva compañía llamada Mistwaker, con el apoyo financiero de Microsoft Games y se enfocaría en la creación de títulos de género RPG de acción como Last Odyssey o ASH Archaic Sealed Heat.
A mediados de 2017 se dio a conocer que su juego Terra Battle 2, exclusivo para móviles, había recibido una recepción tan mala que se canceló el proyecto completamente, dejando a Sakaguchi sin una de las franquicias en las que veía un mayor potencial.