Battle for Azeroth ha sido una de las expansiones de World of Warcraft que parece haber dividido a la comunidad de este juego en prácticamente dos sectores perfectamente definidos, un campo que parece ver todo lo que aparece en el juego como malo y otro que todavía se divierte en este mundo.
Una de las discusiones que se dan en la comunidad es la incorporación del Modo Guerra, un sistema que deja atrás la distinción de reinos que permiten o restringen el Jugador contra Jugador al darle al jugador la posibilidad de decidir si participa o no en este ambiente.
El activar el Modo Guerra te hace elegible automáticamente para poder atacar y recibir ataques de parte de miembros de la facción opuesta, otorgando además un incremento en la experiencia, reputación y recompensas obtenidas durante el juego de un mínimo de 10%.
Esto también abre las puertas a jugadores de niveles inferiores a recibir ataques de oponentes de niveles más altos, como ocurría en los servidores de PVP que existían anteriormente, por lo que para muchos jugadores no han cambiado mucho las cosas.
Pero entonces, ¿cuál es el problema? Pues, según la opinión de miembros de la comunidad, consideran que es una movida desesperada por parte de Blizzard para unificar los servidores y tapar la reducción de jugadores activos dentro de World of Warcraft.
Además, consideran que el PVP de mundo abierto no es tan emocionante como lo quieren hacer ver en la promoción de Battle for Azeroth, por la presencia de “noobs arruinando la experiencia”.
Objetivamente hablando, los jugadores más experimentados en el combate entre jugadores pueden ver algún mérito en este tipo de posturas, pero difícilmente pueden evitar darse cuenta que el Modo Guerra es un gran elemento para lo que es la experiencia de World of Warcraft.
Un jugador nuevo puede encontrar la oportunidad de participar en una batalla de mundo abierto como su entrada al mundo del Jugador contra Jugador, siendo la lucha entre facciones el principal elemento que trae la expansión de Battle for Azeroth.
Este sentimiento se sustenta aún más con la adición de las Incursiones, en las que los ejércitos de la Alianza y de la Horda lanzan ataques en territorio enemigo, creando una serie de misiones con buenas recompensas y la posibilidad de entrar en grandes peleas entre jugadores.
La conformación de grandes grupos para enfrentar a la facción rival en su terreno o defender el territorio propio han sido la salsa en la que se ha marinado este contenido, que, cabe acotar, es completamente opcional.
Por supuesto que existen elementos en los que se podría trabajar para la mejora de este sistema, por ejemplo, extender este sistema de incursiones a más sectores de Azeroth, lo que revitalizaría el tránsito en muchas áreas que se encuentran desoladas de jugadores.
Pero decir que el juego se encuentra en un mal estado por incorporaciones como la del Modo Guerra resulta como algo injusto, lo que no es causa de las dificultades que Blizzard está enfrentando en la actualidad.
Se puede afirmar sin ningún tipo de reparos que World of Warcraft: Battle for Azeroth ha hecho más divertido el participar en batallas contra jugadores rivales en cualquier parte de este mundo, por lo que quienes juegan no deberían perder la oportunidad