La semana pasada se vivió un momento histórico cuando Microsoft y Sony se unieron para desarrollar servicios de juegos en streaming.
Tras casi dos décadas de rivalidad entre las dos compañías, anunciaron una sociedad que abre las puertas al juego cruzado entre los sistemas de las dos compañías, así como para encarar la próxima generación de consolas.
Pero esta noticia no fue una sorpresa únicamente para la opinión pública y los medios, sino también para el equipo de PlayStation, quienes no estaban enterados de este trato.
Reportes de Bloomberg revelan que la dirigencia del sector de Sony encargado del manejo de PlayStation no formó parte de las conversaciones entre las dos compañías.

Esto causó una fuerte conmoción en todos los niveles de la división PlayStation, al sentir que esto ha puesto en peligro la dirección de la compañía de cara a la nueva generación de consolas.
La dirigencia de la compañía tuvo que calmar los ánimos de sus empleados al hacer énfasis en que la dirección tomada con el proyecto PlayStation 5 no ha cambiado en nada. Sin embargo, aún no se sienten del todo seguros al respecto.
Durmiendo con el enemigo para sobrevivir
El hecho de que Sony diera su brazo a torcer a una alianza estratégica con Microsoft para colaborar en sistemas de streaming online es un punto importante para la historia de la industria.
Este acuerdo pone fin a lo que comenzara en 2001 con la llegada de la Xbox original que dio comienzo a la «guerra de consolas» que protagonizaron Sony y Microsoft durante dos generaciones de sistemas.

Mientras que Nintendo se mantenía en las fronteras del conflicto, PlayStation y Xbox estuvieron cabeza a cabeza de manera constante, acompañados de la creciente presencia de PC como el poder alternativo en los videojuegos.
Sony y Microsoft demuestran con su alianza que están dispuestos a poner sus diferencias a un lado para lidiar contra el poder que representa Google Stadia para el futuro de los juegos.
Google Stadia promete un nuevo modelo que cambiará la industria como la conocemos, por lo que los grandes representantes de la misma deben adaptarse para sobrevivir.