Una de las direcciones más interesantes que parece tener Call of Duty: Modern Warfare es la de modificar su narrativa para hacerla mucho más fuerte de lo normal.
Tras negar reportes de que Activision estaba forzando a Infinity Ward a que añadiera contenido más fuerte para causar impacto, la casa productora de Modern Warfare quiere subir su nivel de argumento, e incluso llegar al punto de que el jugador cuestione sus decisiones.
En una entrevista con la PlayStation Magazine, los directores Taylor Kurosaki y Jacob Minkoff explicaron la nueva dirección a la que quieren llevar esta serie.
«¿Qué significa «Modern Warfare» en 2019? Significa que el campo de batalla es más confuso que nunca. El enemigo ya no utiliza uniformes y que el daño colateral es una realidad» explicó Kurosaki.
Minkoff, por su parte, explicó, que los jugadores «deben encontrar su propia línea y serán empujados más allá de ella, al punto de hacerlos sentir incómodos. Queremos que cuestionen su propia moralidad como jugadores.
¿Un «nuevo» Call of Duty?
Estas declaraciones son muy fuertes viniendo de los desarrolladores de una saga como Call of Duty, al punto de ser revolucionarias.
Call of Duty nunca ha sido un juego destacable por su argumento, cimentando sus fortalezas en su gameplay fluído y en apenas tratar el tema militar estadounidense en un sentido estético.
A diferencia del abanico de títulos de la serie Tom Clancy’s de Ubisoft, Activision jamás ha puesto demasiados reparos en darle una personalidad particular a Call of Duty salvo la de ser el juego para «chicos cool».
Pero es 2019, y las perspectivas del mundo han cambiado en muchos sentidos, y los gamers no son la excepción. La visión de la moralidad de un soldado en el campo de batalla dejó las trincheras y ya forma parte de la cultura pop, por lo que es enorme que Infinity Ward quiera plicar ello a Modern Warfare.
Simplemente no existen precedentes de esto para esta franquicia, por lo que, si se compromenten a este rumbo, Call of Duty: Modern Warfare podría ser una verdadera joya.