El pasado miércoles Marvel estrenó el segundo número de Powers of X, el cuarto episodio del proyecto a largo plazo de reconstrucción de los X-Men.

Con una respuesta social importante de parte de los fans a los pasados episodios, se espera que la obra del escritor Jonathan Hickman siga expandiendo el universo mutante de Marvel.

Previamente en X-Men

House of X #2 develó uno de los giros más inesperados e importantes del universo mutante al develar que Moira MacTaggert, perenne aliada de los X-Men durante años, es de hecho una mutante con el poder de la reencarnación.

A través de 10 vidas, ha visto como el sueño de Charles Xavier de un mundo donde mutantes y humanos puedan coexistir y la visión de Magneto donde la dominación mutante se dará gracias a su voluntad inquebrantable son destruidos por la decisión humana de ceder ante el miedo.

Moira exploró las posibilidades de cada potencial visión, terminando en desastre para ella en cada oportunidad, por lo que tomó la decisión de patear la mesa y exponer su conocimiento del pasado, presente y futuro a Charles Xavier, y romper con la cadena de fracasos de la raza mutante.

Parte 1: X-Men. Año 1. Pax Mutatio

Powers of X #2 repite la misma tendencia de su primer número, al situarnos en las cuatro líneas temporales de las que tuvimos un breve vistazo, pero en lugar de historias, el tema es el manejo de información.

Comenzamos con Moira y Charles llegando a la misteriosa Isla M, fortaleza oculta de Magneto que precede a sus bases más prominentes como el Asteroide M, Avalon o Genosha. Erik los recibe cordial pero fríamente, con curiosidad de saber qué es lo que buscan en su hogar.

Charles explica sin muchos rodeos que ha descubierto que tanto su visión como la de Magneto no tienen futuro ni asidero real para la supervivencia de la raza mutante en su estado actual, por lo que tendrían que unirse para poder encontrar el éxito.

Magneto duda de sus palabras, pero Moira y Charles lo convencen de mostrarle la profundidad de sus hallazgos, quitándose su casco y permitiendo a Xavier entrar en su mente.

Con visiones de su esclavitud y muerte, Magneto ve que su sueño está destinado al fracaso y acepta la alianza con Charles, con la condición de que él no podrá mostrar debilidad ni dudas en su objetivo, sellando su alianza con un épico apretón de manos.

Parte 2: X-Men. Año 10. Una guerra inminente

Regresamos al presente, en Krakoa, con Magneto y Professor X explicándole a Cyclops sobre la información clasificada que Mystique obtuvo de la bóveda de Reed Richards (es desconocido si él está al tanto de esta información).

Se trata de datos detallados sobre la organización Orchis, el conglomerado de agentes humanos de diversas agencias que están dispuestos a hacer lo necesario para erradicar a la raza mutante y, específicamente su máximo proyecto, Mother Mold.

En el pasado, al darse cuenta que la manufactura convencional de Sentinels era poco práctica para las necesidades de los grupos antimutantes, estas mentes humanas (probablemente asistidas por la inteligencia artificial de los Sentinels) desarrollaron a Master Mold. Este sería uno de los primeros Super Sentinels, con la capacidad de replicar Sentinels aceleradamente y conformar un ejercito indetenible de máquinas antimutantes.

Mother Mold sigue el mismo principio, pero a una escala prácticamente planetaria, al ser una máquina creadora de Master Molds, con lo que los humanos demuestran que están acumulando armas para aniquilar a los mutantes en el momento que lo decidan.

Xavier y Magneto explican que Mother Mold no puede volverse operativa bajo ningún concepto, implicando que este puede significar el momento en que Nimrod sea finalmente creado, por lo que Cycolps asume la misión de llevar a cabo esta misión imposible.

Parte 3: X-Men. Año 100. El rostro del futuro

En el futuro del conflicto llegamos al Asteroide K, el último bastión de vida mutante en la Vía Láctea, donde se encuentran Cardinal y Rasputin, sobrevivientes de la misión que cobró la vida de Cylobel y de Percival a manos de Nimrod y la Man-Machine Supremacy.

Rasputin y su equipo (denominados semillas al ser herederos genéticos de diversos mutantes legendarios como Wolverine o Magneto) trabajan bajo las ordenes de Apocalypse, el poderoso déspota mutante que ambiciona con una guerra interminable en la que solo los elegidos por él sobrevivirán.

Sin embargo, en esta ocasión sus objetivos parecen estar ligados a una meta mucho más importante, implicando que podrían sacrificarse a todos sus soldados por la información que han recibido. El heredero de Wolverine afirma que, sin el poder de Percival, es probable que Nimrod pueda espiarlos con facilidad.

En la fortaleza de Nimrod, Monolith, el Super Sentinel explica a sus lacayos humanos (de manera bastante pomposa) que los mutantes tomaron una maquina localizadora de su base, una que podría llevarlos a información importante que podría cambiar la dirección de la guerra.

Los acompañantes ponen a prueba la paciencia de Nimrod y pagan por ello con sus vidas. Retomando su pomposa personalidad, Nimrod explica a los cadáveres de sus lacayos que los mutantes ahora no podían esconderse de él tras haber perdido a Percival y su poder de ocultar su presencia.

Finalmente, Apocalypse explica a sus soldados que la misión que llevarán a cabo, a pesar de que parece imposible, podrán tener éxito porque ese es su destino y que el futuro es irreversible.

Parte 4: X-Men. Año 1000. Más allá de la comprensión

Tras un explicativo inciso de parte del autor, donde se explica el proyecto Outreach que implicaba la ascensión de la especie post-humana (entiéndase, la evolución de los mutantes) a un plano de inteligencia mayor, no reencontramos con Librarian y Nimrod de 1000 años en el futuro.

En términos simples, lograron crear una Inteligencia Planetaria utilizando el concepto básico de la Inteligencia Suprema de los Kree (mostrado en la película Captain Marvel) y expandiéndolo más allá del nivel Celestial (como Ego, el Planeta Viviente de Guardians of the Galaxy).

El objetivo era crear una Inteligencia Planetaria que les permitiera acceder a una civilización “Tipo III”, la más avanzada de todo el multiverso, también conocida como Phalanx.

Librarian y Nimrod discuten si tuvieron éxito en ese objetivo. Nimrod le recuerda que el sistema que habita la Tierra no es considerado como valioso como inteligencia para las civilizaciones avanzadas, sino como una mina de recursos valiosos.

Sin embargo, la raza post-humana desafió esta visión al crear una Inteligencia Planetaria (Nimbus) para atraer a una Phalanx. Estos se manifiestan de manera monumental, anunciando que consumieron a Nimbus.

Pero Phalanx declara que su presencia se debe al mensaje que Nimbus dejó de parte de los “dioses” que los crearon, una petición. Uno de los mutantes ancianos solo pide una cosa: “Ascención.”

Veredicto

Este episodio se mantiene en el mismo ritmo que su predecesor y busca mostrarnos cuatro narrativas a la vez, manteniéndonos al filo del asiento para conectar los puntos entre todas las historias.

La primera parte nos propone un cambio importantísimo del status quo de X-Men en toda su historia. Si bien Charles Xavier y Erik Magnus Lensherr han sido amigos y aliados (para muchos algo más que eso), siempre han estado en un conflicto de ideas que los mantenía divididos.

Todas sus alianzas se habían dado a causa de una situación mayor y siempre eran temporales. Pero las acciones de Moira MacTaggert de unirlos desde el principio resultan en un punto de quiebre para los X-Men en esta nueva historia.

En el presente del Universo Marvel tenemos una historia mucho más familiar de los X-Men, con la presentación de los nefastos planes que los humanos pretenden llevar a cabo para destruir a los mutantes. La acumulación de armas de destrucción masiva trasciende mucho más del clásico plan de supervillanos, entrando de lleno en términos como genocidio y exterminio.

La participación de Apocalypse es llamativa, porque lejos de ser el todopoderoso supervillano de otros tiempos, se puede ver a un general dispuesto a llevar a cabo una misión más grande que él mismo, y parece ser una pieza de información de las que unos pocos están al tanto.

La historia de la Ascensión parece conducir un destino mucho más grande de lo que podemos imaginar en este momento. Invocando ideas que llaman a la evolución de la especie terrícola a un plano existencial más alto parece ser el destino que la raza mutante tiene, pero sin dejar de lado a la inteligencia artificial que en el pasado existió para destruirlos.

La gran teoría que deja este cúmulo de historias es que en cada uno de estos tiempos hay una persona que está al tanto de todo y busca manejar la situación en función de sus objetivos. Conceptos como Krakoa y Nimrod se mantienen como constantes de cada línea temporal, pero siempre siguiendo a los X-Men de una forma u otra, en una historia incuestionablemente atrapante.

El universo de Jonathan Hickman sigue expandiéndose y los X-Men evolucionan constantemente, y en esta forma se romperá la seguidilla tradicional y pasaremos la próxima semana al review de Powers of X #3.

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