Existen escenarios clásicos dentro de Star Wars de manera tradicional. Desiertos como Tatooine y grandes bases militares, naves y varias cantinas.
Pero muy rara vez se explora más allá de estos sitios, el mundo real más allá de las salas de reunión y las batallas espaciales. Salvo escenas específicas en algunas películas, la tendencia es seguir el mismo estilo.
El proyecto de Star Wars: Underworld buscaba cambiar eso. Enfocado en las zonas más bajas de la ciudad de Coruscant, capital de la Republica/Imperio Galáctico, tenemos un vistazo del lado urbano de este universo.
En un breve corto de 10 minutos, Underworld nos lleva a una breve historia de fuerzas rebeldes tratando de adquirir información sobre un destructor estelar frente al hostigamiento de soldados del Imperio.
Ubicado en el período entre los Episodios III y IV, y aparentemente precediendo a Rogue One, esta extensa serie estaba bajo la dirección de Rick McCallum y con la bendición de George Lucas.
Una producción extensa que habría tenido más de 400 episodios, con 100 de ellos ya guionizados y listos para filmarse, de haber estado presente el apoyo económico, pero obviamente no fue el caso.
Con este corto de 2010, McCallum deja saber que su idea era la de crear una historia donde el bajo mundo sería el protagonista y como crecería la corrupción a medida que el Imperio Galáctico se fortalecía. Rodeado por estética que se acercaba más al estilo de Blade Runner, invocando referencias al cyberpunk clásico que aún hoy es referencia para la ciencia ficción.
Curiosamente, elementos de este tipo se filtraron en las secuelas de Star Wars de la actual generación, específicamente en The Last Jedi. El arco de Finn, Rose y DJ, donde el ladrón muestra que los traficantes de armas se han hecho ricos con el conflicto entre la Resistencia y la Primera Orden.
Pero Underworld nuca ocurrió, y ahora es posible que sea absorbido y replanteado como una nueva producción de parte de Disney, o simplemente llevado a la boveda a ser olvidado como las reliquias de Indiana Jones.