Los Battle Royale tomaron por asalto la industria de los videojuegos en los últimos años, rompiendo con estándares y creando una sensación de comunidad.

Hoy por hoy, juegos como Fortnite, PlayerUnknown’s Battlegrounds y Apex Legends son nombres propios dentro de la industria, pero hace unos pocos años no estaban cerca de ese nivel.

Sin embargo, gracias al impacto que estos mismos juegos han creado como a su capacidad de crear personalidades a través de sus transmisiones en Twitch, se propagó como fuego en hierba seca. Aunque juegos como H1Z1 le dieron forma al género, PUBG fue quien hizo el cóctel correctamente, iniciando la revolución.

Lo que hizo PUBG fue duplicado por quien se volvería su rival, Fortnite. Gracias a múltiples factores de éxito, el caricaturesco shooter rompió con los mismos estándares que había creado PlayerUnknown en su Battle Royale.

Aunque existen muchos juegos, jugadores y plataformas, una realidad difícil de debatir es que la aparición de Fortnite elevó los dividendos de Twitch de manera enorme, al punto de abrir puertas a otras plataformas de streaming.

En resumen, los Battle Royale significan dinero, mucho dinero. Una formula sostenida en juegos gratuitos y micropagos recurrentes, en influencers en cámaras y competencias de talento y popularidad. Pero las cosas parecen estar cambiando.

Juego de números

Si bien la influencia en redes sociales de estos juegos es elevada, la data de ingresos monetarios muestra un declive consistente, que ha alcanzado un punto importante en enero de 2020.

Tras el impacto que causó Fortnite en 2018 y 2019, el Battle Royale más famoso se ha caído del tope de los rankings de ingresos monetarios, con un triste séptimo lugar en ventas en consolas y fuera del top 10 en PC y móviles.

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Apex Legends es uno de esos juegos que entró a la escena cuando el dominio de Fortnite estaba en un punto de inflexión, logrando un golpe de popularidad inicial que no pudieron sostener por mucho tiempo.

Sin embargo, la obra de EA generó ingresos sólidos durante 2019, hasta su eventual caída en cámara lenta. Fortnite, obviamente, es un caso mucho más llamativo.

Tras su evento de Star Wars: The Rise of Skywalker, Fortnite mantiene su cadena de estrenos y su pase de temporada listo para su compra. Tristemente, los jugadores fueron denegados de su pase anual por parte de Epic Games, demostrando otro problema.

Fatiga

Uno de los elementos más difíciles de aceptar en la industria es que la recepción de los fans puede simplemente dejar de ser la misma que la que hubo en su momento. La gente puede cambiar.

Por cada institución persistente como FIFA o Call of Duty, puede haber un juego que pierda nivel con el paso del tiempo, gracias a factores internos o externos, que afecten a los jugadores de todo el mundo.

PUBG Mobile es el mejor ejemplo de factores externos. Disposiciones gubernamentales en India y China, que levantaron barreras y suspensiones, cortaron fuertemente los mercados más grandes para estos juegos.

A pesar de ser uno de los juegos móviles más fuertes, sin los ingresos de estos gigantes PUBG Corp pierde una gran fortuna en micropagos. Lo que los deja fuera del ranking en esta ocasión.

Pero PUBG no es lo mismo del otro lado del mundo, porque, a pesar de que han tenido un gran crecimiento en su versión de PC y consolas en comparación al año pasado, no han sido capaces de darle nuevo aliento al género.

En resumidas cuentas, los Battle Royale como género parecen estar estancados, con sus fans a la espera de otro elemento enganchador que los vuelva a atraer, o simplemente mudarse a otra experiencia. Es más factible que los Battle Royale se establezcan como parte de otros juegos en los próximos meses.

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