‘Neon Genesis Evangelion’ está de aniversario y es momento de hablar del hombre que hizo posible una de las franquicias más importantes del mundo del anime de forma global, Hideaki Anno.
Aunque muchos conocen a Anno por su proyecto más ambicioso y exitoso, no todos estamos al tanto de su trayecto, de todos los muros que tuvo que atravesar en aras de contar la historia que hoy en día todos conocemos y cuyo final tenemos pendiente.
Un otaku de la primera ola
La generación de Hideaki Anno en el mundo de la animación es una de las más singulares, ya que fue la primera oleada de otakus, fans que se criaron disfrutando de la ciencia la ficción que brindaban obras como ‘Astroboy’ y elementos de las cintas populares americanas de la época.
A esta generación se le conoce como Danso y comprende a todos aquellos que nacieron entre 1951 y 1960, y Anno no está solo, ya que el director de ‘Ghost in the Shell’, Mamoru Oshii, y Katsuhiro Otomo (‘Akira’), lo acompañan.
Como un amante de la animación, el primer paso del director es estudiar la carrera y no pasará mucho tiempo antes de que comience a experimentar y explotar su potencial.
El éxito con pies descalzos
1981 y 1983 fueron dos grandes años para el joven Anno, quien, a pesar de estar aún en la universidad, comenzó a probar con cortos amateurs junto a varios de sus compañeros de clase, creando ‘Daicon III’ y ‘Daicon IV’.
Ambas te llevan al mundo de una chica pelirroja que está dispuesta a combatir toda clase de nave, ser de otro mundo e incluso mechas, convirtiéndose en una explosión de referencias, no solo a la cultura del anime, sino a la ciencia ficción Occidental.
Por cada referencia a ‘Gundam’, ‘Macross’ y comediantes japoneses del momento, encontrarás a personajes de ‘Star Wars’, ‘El Señor de los Anillos’ e incluso mezclas como el sable de luz con una empuñadura de ‘Gundam’.
Lo cierto es que nada define mejor al joven que en su momento se paseaba con los pies descalzos y con una gran pasión por la animación que esta obra de arte, donde los mechas, la ciencia ficción y los clichés se convierten en una explosión de pasión hacia el anime, dirigida por y para fans.
Todo lo que baja también puede subir
Si la carrera de Anno está definida por algo es el desafiar todo lo que se conoce, y es que a pesar de su talento, y de dos cortos exitosos, Anno se ve obligado a abandonar los estudios luego de quedarse sin fondos para pagar la universidad.
A pesar de que esto puede sonar como un fracaso, su vida da un gran giro al mudarse de Osaka a Tokio para probar suerte como animador. Gracias a su experiencia y la fama que le dio su oda para otakus, Anno se asegura un puesto en el estudio Ghibli para trabajar en ‘Nausicaä del valle del viento’.
Claro está, que su aporte fue la batalla donde el dios de la guerra hace su aparición, una criatura colosal a medio engendrar, y la parte más aterradora de todo el filme al ver cómo, a pesar de sus intentos por obedecer las órdenes de Kushan, se desintegra bajo su propio peso.
Para este momento de su vida, el mismo Anno es descrito por Miyazaki como una persona desaseada, capaz de romper las leyes de no trabajar fuera del horario al dormir en la oficina y como un aficionado por los objetos de colección del mundo del anime.
Es momento de dejar la red de seguridad
Aunque trabajar en Ghibli no es ningún camino de rosas, formar tu propio estudio de animación es un paso enorme para un animador joven con un brillante porvenir, pero esto es lo que hace exactamente Anno con la fundación de Gainax.
A diferencia de otros estudios, Gainax se hizo a la imagen y semejanza de sus propietarios, al ser un estudio por y para fans, con Anno a la cabeza y todos aquellos que ayudaron a darle forma a su primer corto ‘Daicon’.
Todo suena muy bien al principio, un estudio dedicado a los fanáticos que no escatima en producción y dispuestos a dar vida a sus sueños que se convierte rápidamente en un desastre financiero, logrando mantenerse a flote al brindar secuencias e ilustraciones para juegos eroge de PC.
Esta situación, en combinación con la presión de realizar ‘Gunbuster’ y ‘Fushigi no Umi no Nadia’ acaba con las ganas de Anno de continuar, huyendo de la presión, faltando a las grabaciones y cerrando el estudio por 4 años.
Un alma en pedazos
Por cuatro años Anno se alejó de todo, pero incluso su momento más bajo es el impulso que necesitó para crear la obra más popular del director, ‘Neon Genesis Evangelion’, siendo la última oportunidad para Gainax de resurgir o declararse en la quiebra.
Con todo pendiendo de un hilo, Anno exploró el tema que más dolor le causó durante su retiro, el huir, a pesar de que la idea era retratar a un personaje que no huiría de sus problemas, Hideaki plasmó en Shinji Ikari su propia marca, en la de un niño que huye de sus responsabilidades.
Claro que en la historia las circunstancias de Shinji, al ser un chico normal en la búsqueda de la aprobación de su padre y de un amor maternal que debe pilotear un Eva para salvar el mundo es exagerado, pero para Anno fue retratar cómo se sintió su vida por esos cuatro años.
De cara a la realidad
Aunque ‘Evangelion’ es tan solo una obra de ficción, para Anno es el punto donde comprende qué ocurría consigo mismo a través de su arte, y todo gracias al consejo de un amigo para que leyera un libro de psicología, que le permitiese comprender a Rei Ayanami.
Aunque no es bueno autodiagnosticarse, Anno ve que todo lo que está explorando en su obra no es más que los síntomas de una profunda depresión que emerge en forma de arte, logrando ahondar no solo en los personajes, sino incluso en las mentes de los espectadores.
Cabe destacar que la sociedad japonesa, en ese entonces e incluso en estos momentos, no tiene bien visto los problemas mentales de cualquier índole, ya que los ve como el egoísmo de una persona, al centrarse completamente en sí mismo y no en su entorno.
Las charlas con psicólogos son un tabú y el superarlo o ignorarlo se vuelve la única solución para el ciudadano común, que lucha con una sociedad que rechaza el individualismo que consideran egoísta.
Un final adelantado a su tiempo
Con todo un trasfondo psicológico pesado para la época y envueltos en una batalla donde jóvenes estaban armados hasta los dientes con enormes mechas, no es de extrañar que todos quedaran desalentados con el final de la serie.
Si bien Anno siempre se inclinó por el desarrollo de la acción en sus obras, con ‘Neon Genesis Evangelion’ estaba preparado para contar otra historia, la historia de un joven que supera, o que logra sobrevivir a la presión, no solo del mundo sino de sus propias debilidades.
Si fue todo real o no, no es la cuestión, porque el verdadero final no estaba centrado en la acción, estaba centrado en el cuadro psicológico de Shinji y como al salir de esa laguna es felicitado por todos por lograrlo, quizá no salvó al mundo (o quizá si) pero lo más importante es que se salvó a sí mismo.
Por supuesto, este final abstracto lo defendió Anno por años, hasta que eventualmente comenzó el ‘Rebuild of Evangelion’, las cintas que expanden la historia como una especie de mundo alterno y dónde la lucha contra los ángeles es literal.
¿Qué opinas del camino de Hideaki Anno para llegar hasta ‘Neon Genesis Evangelion’? ¿Estás a la espera de su última película? Cuéntanos en los comentarios.