Una de las industrias más afectadas durante la pandemia de COVID-19 ha sido la de los Esports, llevando a un año lleno de complicaciones.
Cancelaciones de eventos y modificaciones sustanciales para proteger la integridad física de los atletas en todo tipo de eventos marcaron el 2020 del deporte electrónico. Pero de cara al futuro, el horizonte luce prometedor.
En una recopilación de GamesIndustry.biz, se tomó en cuenta un estudio de parte de la firma legal Foley & Lardner en conjunto con el portal The Esports Observer. En este análisis se mostraron detalles diversos de las posibilidades de esta industria en 2021.
Nada más al iniciar el reporte, podemos ver que el 73% de los encuestados (255 ejecutivos de diversas empresas de Esports en total) consideran que la inversión en todos los niveles crecerá a partir del cuarto trimestre de 2020 y el primero de 2021.
Esto a niveles internos, en referencia a acuerdos entre compañías y conformación de equipos en las ya existentes plataformas del deporte electrónico. Un mercado de fichajes bastante movido se avecina en la próxima temporada.
Pero la consideración general de que la pandemia ofrecerá mayores oportunidades de inversión en los Esports proviene de la infraestructura (física, legal y digital) que se ha desarrollado con los años.
Los Esports están simplemente construidos de una manera en la que su operatividad no está condenada a ser un gasto irrisorio para la seguridad de sus participantes como lo son, por ejemplo, los deportes tradicionales.
La posibilidad de crear torneos remotos y de minimizar los riesgos de contagio en cada instancia es un paso en su favor. Pero no quiere decir esto que están exentos de obstáculos.
La mayoría de los encuestados encontraron dos bloqueos fundamentales en el futuro de los Esports: Las trampas y partidos arreglados. En ambos casos, se abren las puertas a apuestas ilegales y a un manejo oscuro del deporte electrónico para el cual no se tiene un control completo.