Una de las rivalidades que ha creado la producción de Cyberpunk 2077 es la de el cabecilla de CD Projekt Red, Adam Badowski, y el periodista Jason Schreier.
De manera sostenida, el hoy redactor para Bloomberg ha presentado numerosas publicaciones de confesiones y reportes internos de la compañía con respecto al juego más esperado de 2020. A diferencia de la mayoría de los medios mainstream, no han sido alabanzas en lo absoluto.
Reportes sobre el crunch forzoso, la mala planificación de la obra, las promesas contractuales y, sobre todo, las mentiras emitidas desde la dirección de la compañía polaca en todas las direcciones han despertado la ira de Adam Badowski.
El director del estudio ha tomado la costumbre de tomar los artículos de Schreier y responderle directamente, con el periodista respondiendo en la misma vía. Ambos en un tono altamente cordial y pasivo-agresivo.
I’ve read your piece and tweets, thank you for the read. I have some thoughts. https://t.co/T3qACdrnwM pic.twitter.com/wuzy5lXoqQ
— Adam Badowski⚡️ (@AdamBadowski) January 16, 2021
La pieza de Schreier, en esta oportunidad, detalla una recolección de 20 fuentes directas de exmiembros de la compañía y empleados anónimos que develaron situaciones cuestionables sobre el título y su producción.
En su respuesta, Badowski señala que 20 personas que ya no trabajan con la compañía y un anónimo no son una muestra de un staff de más de 500 empleados. Del mismo modo, se muestra en desacuerdo con la aseveración de que la demo mostrada en E3 2019 era falsa.
Enfatizando en que se trata de una pieza que fue muy difícil de presentar en el evento, era una versión con fallas en la optimización, pero que no era una demo falsa como reza el artículo. Todo dicho en un notable tono condescendiente hacia el trabajo de Schreier.
El columnista de Bloomberg respondería en la misma vena, solicitando respetuosamente una respuesta oficial a los cuestionamientos que no tocó en sus comentarios. No hubo mayores respuestas públicas después de ello.
Al final del día, Badowski está en la potestad de defender el trabajo de su compañía de las críticas, pero no es la marca de un buen juego que se tenga que estar declarando sobre su valor desde una posición ejecutiva sobre la validez de sus prácticas o su resultado final.