La controversia de los Joy-con de Nintendo Switch no se detiene, al conocerse que la Unión Europea iniciará una investigación formal sobre el tema.
El «drift» de la palanca del controlador nativo de la consola híbrida ha estado en la palestra desde su estreno, al ser un notable caso de mal funcionamiento. En esencia, la pieza detecta movimiento a pesar de que no se esté aplicando fuerza y suele requerir de reparación o reemplazo.
Esto llevó a una monumental montaña de quejas y cuestionamientos que llegaron a la entidad continental, superando las 25.000 quejas en total y llevando a su comisión de protección al consumidor a tomar cartas en el asunto.
En esencia, la acusación central es de obsolescencia prematura de los Joy-cons, con la inclusión de información engañosa sobre su vida útil y su funcionamiento. Por lo tanto, se puede inferir una violación a los derechos del consumidor de parte de la compañía.
El comunicado de Monique Goyens, en representación de la comisión, replicado por Eurogamer, reza lo siguiente:
«Los consumidores asumen que los productos que compran duran una cantidad de tiempo apropiada de acuerdo a expectaciones justificadas, no tener que pagar caros reemplazos debido a un defecto técnico. Nintendo tiene que elaborar soluciones apropiadas para los miles de consumidores afectados por este problema».
Demandas legales
Del otro lado del charco, específicamente en Estados Unidos y Canadá, Nintendo ha recibido demandas legales por el funcionamiento de los Joy-cons desde hace varios años.
Con el incremento de jugadores producto de la cuarentena, más y más consumidores de la consola se han dado cuenta de la falta de solidez del mando de la Switch, llevando a sustanciales procesos legales colectivos que, hasta la fecha, no han tenido final.
Teniendo en mente el rumor de que Nintendo estrenará una nueva edición de Switch este 2021, las posibilidades de ver una corrección de sus controladores está en el horizonte, pero con Nintendo nunca se sabe.