World of Warcraft: Shadowlands continúa su marcha en la lucha por acabar con la devastación en las tierras más allá de la muerte.

El caos causado por Sylvanas Brisaveloz y su actual empleador, el Carcelero, sigue cobrando víctimas y, a pesar de ser capaces de superar una terrible batalla contra la antigua Jefa de Guerra, no se ha detenido su plan.

A lo largo de las escenas destacadas del contenido de Chains of Domination, Sylvanas ha sentido dudas sobre su nuevo jefe, pero sigue adelante en cumplir con sus dictámenes, convencida de que todo lo que hace es por un objetivo valioso.

Escapando, una vez más, de la ira de Tyrande Susurravientos, no pudo evitar huir de la contienda contra los campeones de Azeroth, pero el resultado fue favorable para el Carcelero, quien consiguió sus objetivos y obtuvo su forma perfecta.

En una cinemática ininteligible (el bajo de la voz del Carcelero es muy profundo y requiere esfuerzo para entenderlo), Sylvanas se dio cuenta que el espectro de la muerte, que busca subyugar a todos los seres vivos, no era una buena persona.

Con una fallida traición, Sylvanas es abatida y comunica a los héroes que el poderoso villano debe ser detenido a toda costa.

Nada pasa

Desde su última aparición en Battle for Azeroth, Sylvanas ha repetido constantemente las palabras «nada permanece», aludiendo a lo finita que es la vida como la conocemos y que todo muere.

Sin embargo, para este personaje la frase debería ser «nada pasa». Por más de dos expansiones, la Reina Alma en Pena ha sido la figura central en el gameplay del MMORPG de Blizzard.

El motor central que impulsa escenarios de guerra que devastaron al mundo de Azeroth y que parecían obedecer a un propósito mayor para su existencia. Pero la constante extensión de sus acciones, una tras otra la dejaban escapar de algún tipo de retribución o resultado tangible a las acciones de los jugadores.

Su nuevo giro en Shadowlands sigue extendiendo esta historia, sin ofrecer ningún resultado tangible. Además de seguir fracasando en hacer del Carcelero un villano memorable en lo más mínimo.

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