Call of Duty: Vanguard es el estreno anual de la franquicia de disparos de Activision Blizzard.
Con el desarrollo de Sledgehammer Games, la nueva obra de disparos llevará a los jugadores a los cómodos espacios narrativos de la Segunda Guerra Mundial, como fuera su norma años atrás. Develando detalles de sus distintos elementos en un adelanto oficial.
Días atrás se «filtró» la hoja de ruta de las revelaciones de lo que traerá el juego, por lo que sabemos de antemano la serie de novedades que se irán dando del título de disparos. Sin embargo, esto es difícilmente un tema para tomar en cuenta.
Siguiendo la estela de Ubisoft en 2020, mostrar novedades rimbombantes de las franquicias más populares de la marca es ahora una de las urgencias más importantes de Activision Blizzard en estos momentos.
La necesidad de sacar las palabras «demanda», «abuso» o «toxicidad» de los titulares asociados con la compañía han llevado a revelaciones de detalles en múltiples fuentes. En gran medida, es la jugada necesaria para proteger la marca Call of Duty por sobre todas las cosas.
Ha sido el giro que se le ha dado a la situación desde la opinión pública, al hacer del tema una situación específica del lado Blizzard de la compañía, tomando «medidas» con respecto a este estudio y haciendo que Activision y King sean libres del escrutinio de la megacorporación.
Aunque existen personas y entidades que no separan a las distintas piezas y enfocan la dirección en toda la compañía, como el grupo ABK Workers Alliance, esta es una situación de desgaste, por lo que mientras más medios decidan cubrir noticias del nuevo Call of Duty sin dejar sentado que Activision Blizzard es una compañía denunciada por abuso laboral y sexual, los cabecillas corporativos habrán ganado y no habrá justicia para los trabajadores.